El mundo físico en el cual habitamos está lleno de elementos que, con paso del tiempo y el desarrollo de cada cultura, hemos dotado de algún significado específico y de muchos otros contenidos subjetivos.
Lo mágico, lo histórico, lo psicológico, la ficción... desde el mito hasta las múltiples y variadas interpretaciones de la realidad –apoyándonos en la ciencia y/o en el realismo mágico- van conformando un lenguaje simbólico propio de una época, de una región, de un grupo. Pero también hay símbolos que trascienden fronteras espacio-temporales para representar arquetipos universales, tales como “la madre”, “el padre”, “el guerrero”, “la justicia”, “el sabio”, “la libertad”, etc.
Aquí pretendemos abrir un espacio de apreciación y reflexión en tanto a cómo el lenguaje simbólico ha permeado nuestra forma comprender nuestro mundo, nuestra manera de expresarnos y de comunicarnos.
Con el transcurrir del tiempo los símbolos, los mitos, las creencias, la sabiduría popular, nacen y se transmiten dentro de un grupo, después entre grupos similares o cercanos hasta que su significado trasciende el tiempo para mantenerse “vivo” tal cual desde sus orígenes. A veces ese fragmento de “realidad” se adapta de cierta forma a la comprensión contemporánea, pero sin desvirtuar nunca su esencia. Así es como se va conformando el acervo histórico y cultural de las civilizaciones, así nacen nuestras tradiciones.
Lo mágico, lo histórico, lo psicológico, la ficción... desde el mito hasta las múltiples y variadas interpretaciones de la realidad –apoyándonos en la ciencia y/o en el realismo mágico- van conformando un lenguaje simbólico propio de una época, de una región, de un grupo. Pero también hay símbolos que trascienden fronteras espacio-temporales para representar arquetipos universales, tales como “la madre”, “el padre”, “el guerrero”, “la justicia”, “el sabio”, “la libertad”, etc.
Aquí pretendemos abrir un espacio de apreciación y reflexión en tanto a cómo el lenguaje simbólico ha permeado nuestra forma comprender nuestro mundo, nuestra manera de expresarnos y de comunicarnos.
Con el transcurrir del tiempo los símbolos, los mitos, las creencias, la sabiduría popular, nacen y se transmiten dentro de un grupo, después entre grupos similares o cercanos hasta que su significado trasciende el tiempo para mantenerse “vivo” tal cual desde sus orígenes. A veces ese fragmento de “realidad” se adapta de cierta forma a la comprensión contemporánea, pero sin desvirtuar nunca su esencia. Así es como se va conformando el acervo histórico y cultural de las civilizaciones, así nacen nuestras tradiciones.
